Juan
Orellana

Escultor en madera se resiste a la vida urbana

Este artista confiesa que una de sus inspiraciones radica en el ambiente tranquilo  de San Fabián de Alico.
Además, está cerca de su materia prima para crear nuevas figuras. No le quita el sueño venderlas.

 A lo largo de su trayectoria acumula figuras de distintos tamaños, para fines diversos. Prefiere trabajar piezas en nogal o raulí, a diferencia de otras maderas más duras como roble, manzano o limonero, en que “es muy fuerte el impacto, es cansador y para trabajarlo a mano cuesta más”. 

Con su padre aprendió a manejar la motosierra, ya tenía algunas nociones en artesanía tradicional, pero más tarde estudió escultura en madera algunos años en Santiago. Hace hincapié en que sus años de experiencia han sido su principal escuela y, con orgullo, comparte que nunca se ha accidentado esculpiendo. 

Por nada cambia su vida tranquila en San Fabián de Alico, desde donde ha consolidado su prestigio. Gran parte de su público es de Santiago o del sur, aunque también algunos en Ñuble. En muchos casos son sacerdotes que se trasladan y comparten el dato. Le han pedido las estaciones del vía crucis, así como también pesebres.

 “A la mayoría de los artistas les pasa que, cuando le tienen mucho amor a su trabajo, no les interesa venderlo. Yo también prefiero confeccionar bien una pieza, no importa el tiempo que me demore. Puedo estar meses haciendo la figura, pero me importa que quede bonita. Se paga poco en Chile, porque hasta el momento no he conocido a un artista que haya sido rico”, reconoce.

Confiesa que le gusta el silencio para trabajar, nadie le interrumpe y tiene la materia prima a la mano. Cuando cae un árbol, es fácil trasladar el material hasta su taller. Esta comodidad le permite trabajar en tallado a su ritmo, sin apuros.    

 “No soy mucho de andarme mostrando, no me gustan las exposiciones, sino que quien me pide que haga algo, me contacta y yo cumplo con el cariño que merece una figura bien hecha. Alguna vez tuve una página web, pero no me dediqué a ella. Ahora a veces comparto cosas en mi Facebook, pero más para recuerdo, no como publicidad”, aclara.

Juan comparte sus técnicas con personas que lo visitan. Hay figuras de fácil confección –como la garza- que es ejemplo recurrente en sus talleres. El bajo perfil de este artista asegura su continuidad a través de su hija Francisca, artista visual, quien ha trabajado la escultura en madera, pero su preferencia es el dibujo. 

 
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